..."de Amanda a Amani..."

Desde niña siempre me llamó la atención ver las bailarinas de la danza del vientre, realmente causaba fascinación ver esas mujeres que movían el vientre acompañando el sonido del derbake, en ese momento no tuve la oportunidad de tomar clases pero viví inmersa en una sociedad con mucho de la cultura sirio-libanesa.
Después de los 20 y en un momento de cambios en mi vida (justo en el momento indicado) comencé a tomar clases... todo se dió como si lo hubiera hecho toda la vida; incorporé elementos de la danza y la cultura oriental a partir de entonces y cuanto mas aprendo más siento que me queda por conocer... y más me intereso por investigar al respecto.
Con mucha suerte después de tomar clases y seminarios con diferentes profesoras conocí a Seomara Bianchi de Tucumán por internet, ese mismo verano fui a verla y me quedé fascinada con su técnica y su personalidad y fue ella misma quien me sugirió el nombre Amani que no asumí hasta hace muy poco, pero como se dice... es tu maestro quien generalmente quien tiene la visión suficiente para sugerir el nombre que se adapte a tu personalidad... Así es entonces que pasé de ser Amanda a Amani.